¿Hiperactividad?
La información y sugerencias que se dan a continuación deben adaptarse a su situación familiar y a la edad de su hij@.
Los niños hiperactivos son aquellos que no persisten mucho tiempo en la misma actividad, se distraen fácilmente y por lo mismo son inquietos y tienden a ser impulsivos, frecuentemente pueden tener problemas escolares y carecer de amigos.
Sin embargo, no tienen la intención de ser como son, no pueden comprender las razones por las que actúan de esa manera, por lo tanto no pueden cambiar simplemente porque se les ordene hacerlo. Es por tal razón que el regañarlos, el castigarlos, el aislarlos de distracciones, y otras “soluciones” que generalmente se utilizan, no sirven de nada.
Existen otras formas en que pueden ayudar a su hijo. Antes que nada deshacerse de las soluciones inútiles como los gritos, los castigos, etc, ya que esto agrava más el problema. Es importante corroborar si la vida familiar es caótica y si las actividades del niño son constantemente interrumpidas, ya que esto ocasiona que no disfrute la posibilidad de ser constante en sus actividades originando que no preste atención en las mismas.
Para estimular su atención es necesario basarse en los siguientes puntos:
-Ayudarlo a centrar su atención por períodos prolongados (sin regaños, con paciencia, motivándolo,
etc).
-Enseñarlo a hacer pausas y reflexionar ante una pregunta, ya que respuestas rápidas e impulsivas
son incorrectas, que se tome su tiempo y piense antes de contestar.
-Motivarlo a dialogar consigo mismo a cerca de lo que está haciendo “detente y piensa”, (repetir
esta frase).
-Despertar su interés por medio de una novedad o cambio.
Ante la constante actividad e impulsividad del niño es importante que los padres NO pierdan el
control de la situación con ideas como: “Tengo que dejarlo dormir con nosotros, por que si no grita
toda la noche”, ya que esto indica que han abandonado su autoridad y el niño necesita reglas claras
y coherentes que lo ayuden a reafirmarse. Para mantener el control de la situación es preciso seguir
los siguientes pasos:
-Reconocer el problema.
-Disolver las situaciones tensas.
-Practicar contactos cálidos y positivos con el niño.
También es importante evitar discusiones y desacuerdos entre ambos padres sobre cómo tratar al
niño.
Una buena forma de construir la atención del niño es reconociendo sus puntos positivos.; para esto es importante que sus acciones se basen en el niño y no en la imagen idealizada de lo que el niño “debería” ser. Evitar compararlo con sus hermanos o compañeros de colegio.
El método de reconocimiento de puntos positivos consiste en hacer una lista de buenas cualidades, la cual deberá incluir los aspectos valiosos del niño, aquellas cosas en las que el niño destaca en relación con otros, cualidades que deberán ser estimuladas. Evitar los “peros”, (“Es inteligente, pero……”).
La finalidad de identificar aspectos positivos es para recompensar al niño. La recompensa no debe ser vista como un soborno, sino como un método que estimula el desarrollo, que ayuda para el aprendizaje. (Todos necesitamos algún tipo de recompensa por nuestros logros). La recompensa debe ser dada de buen modo, sin sarcasmos, ya que de lo contrario no servirá de nada. La mejor recompensa es la forma en cómo se relacionan los padres con el niño, su atención es una necesidad tan esencial para el niño que vale más que cualquier otra recompensa. Sin embargo, muchos niños buscan esa atención mediante el mal comportamiento, pues los padres sólo los atienden de esa forma. Ante el mal comportamiento del niño, deben ignorarlo intencionalmente.
Una vez identificados los puntos positivos del niño y haberlos recompensado en su momento, deben plantearse las reglas u objetivos a seguir de forma clara, coherente y simple para que el niño las comprenda, también deben ser adecuadas a su nivel de desarrollo y deben formularse de forma positiva para estimularlo a que colabore en vez de castigarlo por haberlas incumplido. Deben asegurarse de que el niño será capaz de satisfacerlas, empezando por etapas fáciles y poco estresantes. Es mejor decirle “Haz tu cama”, que “No dejes que tu madre haga todo por ti”. Iniciar con los aspectos positivos identificados en la lista de buenas cualidades. Deberán explicarle al niño los pasos que debe seguir para adquirir la recompensa, procurando que vayan encaminados a aumentar gradualmente el tiempo que emplea en alguna actividad.
Para lograr que se centre en una actividad constructiva, deben permitirle realizar otras actividades, empleando junto con él cierto tiempo para cada actividad, por ejemplo:
-Ver la T.V con el niño.
-Hojear juntos un libro de dibujos.
-Leer (actividad constructiva).
Es importante recordar que las buenas recompensas son aquellas que se ofrecen inmediatamente después de la acción positiva, son agradables para el niño (que le guste), son consistentes y ofrecidas con cariño, elogiándolo con afecto, ya que esto es en si mismo una recompensa.
Los padres también deben saber que estos niños tienen problemas para descubrir la relación entre sus acciones y sus consecuencias, ya que desarrollan con lentitud su capacidad de comprender situaciones sociales (cómo se sienten los demás y cómo reaccionan ante su comportamiento), necesitan que los padres les expliquen la situación como si fueran más pequeños, jamás protegerlo de los efectos que producen sus acciones, ya que se le priva de uno de los pasos esenciales del aprendizaje.
Es un error esperar que el niño tenga calma permanente, ya que necesita que se le permita desahogarse para liberar su energía y aprender a controlar su actividad cuando sea necesario.
Para abordar las rabietas en estos niños hay que analizar primeramente por qué sucede (que es lo que el niño comunica a través de la rabieta), enfermedad, dolor, miedo, inseguridad. Después evitar las circunstancias que las producen, evitar dejarlo con alguien con el que reaccione con violencia (mantener imágenes de violencia fuera de su alcance), evitar dar recompensas debido a la rabieta (consolarlo, darle lo que pide), no gritarle pues a través del enfado de los padres el niño recibe recompensa de atención, evitar reaccionar con ira o violencia ya que intensifica la agresividad en el niño, utilizar “Tiempo fuera” (explicado en la información de problemas de conducta), no esperar cambios repentinos (el cambio puede tardar semanas).
Ante actitudes de dependencia de estos niños, evitar alimentar hábitos regresivos como vestirlo, sobreprotegerlo, etc., ya que así consiguen atención pero se convierten en niños más dependientes e inseguros. Deben empezar a individualizarlos y elogiar sus pequeños logros en vez de criticar sus fracasos, así se sentirá más competente y se animará a hacer más cosas ganando independencia.
Debido a su impulsividad pueden ser proclives a accidentes por lo que es necesario tomar ciertas precauciones como: tapar enchufes de pared, tener los medicamentos fuera de su alcance, etc.
LIC. LEONOR LOZANO GLEZ.
Psicóloga Clínica Infantil
Dirección General.