Trate de ofrecerle al niño tantas experiencias como pueda: Mientras más cosas vea y haga, más seguro se sentirá. Anímelo para que juegue con otros niños y llévelo a muchos sitios para que se relacione con personas distintas.
Prepárelo para lo nuevo: “Mamá ¿me va a doler?”. El niño pregunta cuando lo llevan al dentista o al médico. “Claro que eso te dolerá un poquito, pero se te pasará en seguida”.
“Pero no quiero ir”, le dice. La respuesta debe ser firme pero amable y suavemente.”Pero DEBES”. No le queda otra alternativa y esto le da seguridad.
Hay cosas que asustan al niño, pero nunca debe avergonzarlo porque tenga miedo. Tómelo de los brazos y explique lo que pasa. Déjelo llorar sin tratar de callarlo. Siempre trate de pensar que todo comportamiento tiene una CAUSA.
No lo amenace a menos que se proponga a cumplir con su promesa. Nunca le diga al niño que si se porta mal lo va a regalar o se va a ir de la casa para siempre. Esto puede herirlo profundamente. Siempre que va a salir dígaselo, pero nunca se escape de él a escondidas.
No lo proteja en exceso. Hacerlo crearía en él una gran dependencia hacia usted y entonces temería dejarla ir. Si el niño se siente seguro, podrá perderla de vista, saldrá de casa tranquilamente y podrá decir “Adiós mamá”.
Mi hijo necesita sentirse orgulloso de algo. Podría ser de un dibujo o de un cuadro que no signifique nada para mí. Yo miro lo que él hace y lo animo para que me diga como lo hizo y lo cuelgue en una pared de la casa. Se siente orgulloso de lo que ha hecho porque ve que me ha gustado.
Puedo ayudarlo a que crea en sí mismo. Los elogios son importantes cuando se los ha ganado, pero si no los merece no le miento. Una cosa fácil podrá realizarse fácilmente. Y no quiero que se le asigne una tarea que no pueda hacer. Nunca se sentirá satisfecho consigo mismo, si fracasa continuamente.
No lo comparo con los demás. Mi hijo es un individuo. Sólo hay uno como él. Sé que es complejo y quiero que sea ÉL MISMO. Quiero que sólo se compare consigo mismo.
“Pero mamá, ¡No puedo trepar tan alto como Juan! Le respondo: “Lo importante es que haces muy bien otras cosas”.
Esto no significa que alguna vez no fracase. A veces los niños aprenden con el fracaso. Pero repetidas veces puede acabar con sus sentimientos. Y tampoco esto significa que el niño se satisfaga con poco. Mi placer consiste en que mi hijo haga lo mejor que pueda sin compararse con nadie.
Si puedo ayudar a que mi hijo sienta confianza en sí mismo, lo habré ayudado a CREER EN SÏ MISMO, por lo que vale. Así, abrigaré la esperanza de que llegue a ser un buen ciudadano, buen miembro de la familia y persona que actúa porque SABE QUE PUEDE.