Como determinar si el niño presenta trastornos del sueño.
Si los patrones de sueño del niño son definitivamente un problema tanto para los padres como para él, entonces padece algún trastorno del sueño; por ejemplo, si el niño se queja de que no puede conciliar el sueño o si los padres tienen que levantarse con él varias veces durante la noche.
Los terrores del sueño, el sonambulismo y la enuresis son fácilmente detectables y no es difícil identificarlos como trastornos del sueño, pero hay otros menos obvios. Probablemente los padres no se den cuenta de que los fuertes ronquidos del niño pueden ser un síntoma de que el niño no respira adecuadamente mientras duerme. Otros síntomas de posibles anormalidades en el sueño que deben ser identificados y tratados son: dificultad frecuente para conciliar el sueño a la hora de acostarse, despertar durante la noche y no poder dormirse de nuevo por sí solo; despertar demasiado temprano o demasiado tarde por la mañana; dormirse demasiado temprano o demasiado tarde por la noche, o estar irritable o somnoliento durante el día.
Causas Del Mal Dormir.
El sueño nocturno de los niños puede sufrir alteraciones a causa de problemas físicos; una enfermedad aguda, especialmente con fiebre o incomodidades, puede alterar temporalmente los hábitos de sueño; también es importante buscar de entre las siguientes causas del mal dormir:
- Factores perinatales.
- Lactancia materna.
- Prematurez.
- Fármacos.
- Recuperación de una enfermedad.
- Clima cálido.
- Descartar dentición.
- Pesadillas.
- Circunstancias ambientales (cambios de rutina).
- Inseguridad.
- Épocas del desarrollo en las que no es común que se presenten alteraciones en el sueño.
Consecuencias Del Mal Dormir.
- Llanto fácil.
- Ilusiones y alucinaciones visuales.
- Alteraciones en la percepción del tiempo.
- Microsueños con pérdida de conciencia.
- Cambios en el estado de ánimo: irritabilidad, mal humor.
- Alteraciones en la coordinación fina.
- Alteraciones el la atención.
- Dependencia de quien lo cuida.
- Posibles problemas de crecimiento.
- Fracaso escolar.
- Timidez.
- Inseguridad.
- Mal carácter.
Hábitos ideales.
- Aprenda a conocer las señales de cansancio de su hijo: se frota los ojos o los oídos o se chupa el dedo pulgar, etc. Acuéstelo antes de que se encuentre demasiado cansado.
- Crear un ambiente familiar armonioso.
- Pasarlo a su cuarto alrededor de los 3 meses.
- Establezca una rutina diaria para la hora de acostarse, adecuada a la edad del niño y a las circunstancias de su vida familiar. Esto contribuye a que los niños activos cambien de ritmo y se encuentren calmados cuando llegue la hora de dormir.
- La rutina cambiará y evolucionará a medida que el niño crece, y descubrirá que los 15 o 20 minutos que pasa con su hijo en el momento de acostarse realmente constituyen una experiencia agradable.
- Empiece a introducir gradualmente cambios en las rutinas. Abrácense en la cama del niño y no en la suya; cambie la canción de cuna por un disco o cinta que contenga una canción que le guste al niño.
- Informe al niño con anticipación que se acerca la hora de acostarse.
- Lleve al niño a la cama.
- Lea o narre un cuento regularmente.
- Que el padre también participa en la rutina.
- Fomente el uso de un juguete suave y preferido por su hijo. Este elemento puede ser sustituto de los padres y ayudar en la transición hacia la independencia del vínculo paternal. Con frecuencia el niño elige un objeto especial en sus primeros años y lo seguirá usando hasta los seis u ocho años.
- Si permanece junto a su hijo hasta que él se duerma debe cambiar, ya sea drásticamente o suprimiendo la rutina gradualmente: primero siéntese al lado de la cama; después, deje de acariciar al niño; días más tarde, retire la silla a unos pocos metros de distancia de la cama; después, la silla debe estar cerca de la puerta; y finalmente, fuera de la habitación.
- Crear un despertar sin prisas.
- Regular las siestas diurnas.
Hábitos erróneos.
- Insistir en que se acueste (se le debe dejar sentado o parado).
- Impaciencia de los padres cuando van a salir.
- Calmar su llanto para evitar molestar a otros.
- Arrebatarle su osito, cobija, etc.
- Inconstancia en las medidas disciplinarias.
- Sobreprotección y dominio exagerado sobre el niño durante el día.
- Ofrecerle recompensas si se duerme.
- Hacerle sentir que es malo si no se duerme.
- Persuadirlo de que se duerma una vez que se apaga la luz.
- Acostarlo con fatiga excesiva o ausencia de.
- Crear un ambiente silencioso.
- Arroparlo en exceso.
- Jugar con él hasta que quiera dormir.
- Quedarse en su cama hasta que se duerma.
- Dormirlo en la cama de los padres y después pasarlo a su cama.
- Compartir la recámara de los padres.
- Acudir constantemente a revisarlo.
- Darle bebidas antes de acostarse.