¿Cómo ayudar a los hijos e hijas de padres divorciados?
El divorcio es una situación difícil para los padres, pero más para los hijos. Especialmente para los hijos es una experiencia terrible, ya que su existencia misma depende sólo de sus padres. Experimentan sensaciones de pérdida y dolor durante y después del divorcio. Los hijos requieren de ayuda pero los padres no se hayan en condiciones favorables para ayudarlos.
Meses antes y después del divorcio, las emociones están a flor de piel, los padres tienden a culparse mutuamente del rompimiento, a veces hacen o se dicen cosas terribles. Los niños pequeños son incapaces de entender esos problemas; ignoran qué sucede o porqué uno de sus padres se fue de la casa, están perplejos, confundidos, creen que el que se queda los ama más que el que se fue.
Las consecuencias psicológicas de los niños tras el divorcio de sus padres pueden sobrevenir cuando:
-El hijo pierde contacto con uno de los padres.
-Cuando ambos se empeñan en discutir aún tras el divorcio.
Los hijos pueden experimentar sentimientos negativos hacia sí mismos, hacia los demás y hacia la vida misma. Se resisten a relacionarse positivamente con los demás por el miedo a ser lastimados nuevamente. Expresan su deseo o fantasía de que su familia se vuelva a integrar, que la paz y la armonía se restablezca y los enfrentamientos concluyan.
Algunos de los síntomas que pueden desarrollar los niños, dependiendo de múltiples factores son:
-Ansiedad
-Depresión.
-Regresiones.
-Pesadillas.
-Sonambulismo.
-Asma.
-Alergias.
-Enuresis.
-Rabietas.
-Tics nerviosos.
-Bruxismo.
-Vómito.
-Aferración a cualquiera de los padres.
-Agresividad.
-Aislamiento.
-Comen demasiado o no quieren comer.
-Dificultades escolares.
-Conducta delictiva.
-Conducta autodestructiva.
-Drogadicción.
-Problemas para expresar sentimientos.
-Confusión.
-Frustración.
-Enojo.
-Culpa.
-Desesperanza.
-Impotencia.
-Desesperación.
-Incredulidad
-Ansiedad, enojo, tristeza, depresión.
Los hijos viven un proceso de duelo tras el divorcio, semejante al que sienten si alguien cercano falleciera. Pero si se procura el debido consuelo logran la aceptación y restablecimiento.
Esto puede llevarse un año o más.
Un niño necesita recuperarse de manera adecuada del trauma del divorcio para poder desempeñarse bien en la escuela y para que tenga una sólida percepción e imagen favorable de sí mismo, que le permita mantener buenas relaciones positivas con los demás.
Es necesario asegurarles a los hijos que no fueron ellos quienes ocasionaron el divorcio y que el padre que se va no va a desaparecer de sus vidas “ya no vamos a vivir juntos pero yo te seguiré viendo muy seguido, te llamaré. Te amo y siempre voy a ser tu papá”
Es necesario decirles, hacerles sentir y convencerlos de que tanto papá como mamá los aman y que tienen toda la intención de continuar procurándolos aún cuando vivan separados.
Los niños tienen una gran capacidad de adaptación y pueden sanar rápidamente si se les permite.
Para ayudar a superar el divorcio en sus hijos, es importante esforzarse por desarrollar una relación más estrecha con su ex-cónyuge, relacionarse de manera positiva y compartir la paternidad tras el divorcio. Si logra liberarlo del conflicto paternal y le permite disfrutar una relación íntima y amorosa con ambos padres, le está dando a su hijo una mayor posibilidad de alcanzar la felicidad que es el mejor regalo que podría darle y la mejor forma de demostrarle su amor.
Sin importar lo que haya sucedido entre los padres, los hijos tienen una poderosa necesidad de amar y mantener una buena relación con cada uno, tener un contacto frecuente y constante con cada uno y ambos padres deben hacer a un lado su enojo y dolor para cooperar y establecer su paternidad funcionalmente. Esto evitará que los hijos se sientan rechazados, abandonados y crecerán seguros.
Los padres deben centrarse en los siguientes puntos:
-Dejar de recriminarse o culpar a su ex cónyuge por lo sucedido en el pasado. Darse cuenta de que el pasado ya ha quedado atrás y no es posible revivirlo.
-Tener presente que su hijo necesita de los dos y que deben estar dispuestos a compartir a su hijo.
-En las discusiones que sostenga con su ex cónyuge, debe centrarse sólo en aquellos aspectos que correspondan a su hijo.
-Centrarse en las necesidades de su hijo, hoy y en lo subsecuente.
-Trabajar conjuntamente con el otro padre a fin de proporcionarle al hijo un ambiente seguro y libre de conflictos como sea posible.
-Hacer todo cuanto esté de su parte por ser cortés con su ex pareja, disipar las tensiones y los rencores a fin de que su hijo pueda tener una vida tranquila y satisfactoria.
Es importante tener la capacidad para corregir lo que estuvo mal en el pasado y construir una vida adecuada para sí mismo y para su hijo.
“Mis hijos dependen de mi. Lo que sucedió en el pasado ya no cuenta, voy a aprender de mis experiencias, a aceptar mis pérdidas y a crear un nuevo inicio tanto para mí como para mis hijos”
Para crear una zona libre de conflictos los padres deben aprender a controlarse, a abstenerse de discutir cuando los hijos estén presentes. Como el hijo está muy unido a los dos, cada observación hiriente tiene el efecto como si se tratara de un golpe físico.
Es común culpar al otro y sentirse la víctima, pero se requiere verdadera honestidad y valor para reconocer que tanto uno como el otro son responsables, que el curso de la relación fue determinada por lo que hicieron y que de haber actuado diferente la relación hubiera resultado distinta. Una vez que se es capaz de reconocer esto se sentirá menos víctima. Es difícil asumir la responsabilidad pero es esencial. El resultado del matrimonio depende de ambos no de uno, quien culpa al otro del divorcio (víctima) a la larga se amarga y le cuesta más trabajo recuperarse.
Cuando se deja de culpar a los demás y se ponen a observar y cambiar las propias actitudes y comportamientos es cuando realmente empiezan a aprender y crecer. Si le es difícil recuerde: cuando trata al otro padre con respeto, en realidad lo hace por su hijo y por sí mismo.
Para crear una zona libre de conflictos lleve a cabo los siguientes puntos:
- Llevar la transición de socios en matrimonio o socios de paternidad. Quienes están dispuestos a aceptar su parte de responsabilidad sobre el divorcio aprenden del pasado, experimentan una nueva forma de crecimiento personal y finalmente logran recuperarse.
- Arreglar los desacuerdos por la vía de las concesiones y la reciprocidad y respete las diferencias individuales. Hay que conceder y decir sí al otro cuando sea posible, adoptar una actitud más flexible. Cuando discuten, los hijos se preocupan por tener que tomar partido y tratan de complacer a cada uno. Es importante que los padres les enseñen a respetar las diferencias individuales.
- Tratar al otro con respeto y evitar hacer comentarios despectivos en relación con él en presencia de los hijos. Los hijos necesitan ver con respeto a los dos, si uno trata mal al otro o le hablan mal de él al hijo, estos se sienten presionados.
- Evitar discusiones, escenas, amenazas, actos de violencia sobre todo en presencia de los hijos ya que son ellos quienes sufren más. Si les interesa el bienestar de su hijo deben evitar eso.
- No mostrarse excesivamente crítico con el otro o trate de controlarlo.
- Evitar presionar al otro en cuanto a la posibilidad de vivir nuevamente juntos y respete su privacía.
- No sacrifique al hijo por el dinero.
- Efectuar oportunamente los pagos de manutención de los hijos.
- Ganarse la confianza del otro cumpliendo acuerdos y promesas. Ser un padre responsable, cuidar de su hijo de forma segura.
- Aceptar que el otro tiene derecho a pasar un tiempo con su hijo y que estos tienen derecho de mantener una relación con aquél.
Los hijos sufren profundamente cuando, a causa del divorcio se privan de la presencia de uno de ellos. Para ayudarlos a superar el divorcio tienen que cooperar ambos:
- Establecer un plan de paternidad funcional mediante el cual los hijos puedan seguir viendo a sus dos padres.
- Mantenerse en contacto constante con los hijos a fin de que estos no se sientan rechazados o abandonados.
- Preparar a los hijos con anterioridad a la separación, siempre que sea posible.
- Asegurarle a los hijos que seguirán contando con los dos padres.
- Jamás desilusionar al hijo en el último momento. Procurar no cancelar los planes que se hayan hecho con él.
- Establecer dos hogares para los hijos con un sitio adecuado para sus ropas, juguetes, etc.
- Mantener contacto telefónico con ellos.
- Permitir que los hijos tengan acceso telefónico a ambos padres.
- Tener siempre a los hijos a tiempo para el otro padre.
- Recibir a tiempo a los hijos a su regreso.
- Llamar al otro padre cuando los retrasos sean inevitables.
- Establecer una línea de emergencia entre los padres a fin de discutir los problemas serios que atañen a los hijos.
Para algunos padres, compartir el ejercicio de la paternidad con el otro es doloroso. Se sienten controlados por el otro y temen perder a su hijo. Sin embargo, no es necesario que los padres tengan que ser amigos para que puedan trabajar de común acuerdo en relación con su hijo.
Deben elaborar un plan de paternidad en el que se tenga presente los intereses y las necesidades de los hijos así como los requerimientos, preferencias y tiempos de los padres y debe incluir lo siguiente:
- Permitir que tanto uno como el otro padre pueda pasar lapsos significativos al lado de sus hijos.
- En el caso de los bebés y niños pequeños, ambos padres deberán verlos con frecuencia.
- A los niños de edad preescolar, escolar y adolescentes permitirle asistir a la escuela.
- El plan deberá re-evaluarse periódicamente en términos de los avances que vayan teniendo los hijos y en caso necesario modificarse a fin de satisfacer las nuevas necesidades.
Los padres y los hijos tienen mucho que ganar con la paternidad compartida. Antes que nada a cada uno de los padres les resulta natural el seguir teniendo la responsabilidad de educar a sus hijos tras el divorcio. Se ven estimulados a seguir participando en la vida de sus hijos y al mismo tiempo asumir deberes y responsabilidades que les atañen. Los padres gozan los mismo derechos y sus responsabilidades son compartidas y esto evita que uno de ellos acabe abrumado por tratar de hacer todo solo. Se sienten menos amenazados a perder a su hijo.
Los hijos por su parte, tienden a desarrollarse bien y a sentirse mejor consigo mismos cuando tienen un contacto estrecho y constante con ambos padres.
Un arreglo de paternidad adecuado puede proporcionarle a ambos padres y a los hijos esa sensación de seguridad y solidez tan requerida. Los hijos experimentarán menos confusión y menos preocupados de perder a uno de los padres.
Es importante ver a su hijo tan pronto como sea posible después del divorcio. Animarlo para que tenga una relación positiva con su otro padre por el bien de su propio hijo, ya que puede desarrollar sentimientos de que no merece ser amado y por tal motivo su padre no está con él.
No debe presionar a su hijo para que elija dónde debe vivir, ya que lo hace sentirse extremadamente inseguro.
La batalla sobre la custodia de los hijos agudiza las hostilidades entre los padres y el sufrimiento de los hijos.
La mediación es un recurso que permite evitar algunos sufrimientos en el divorcio. Ayuda a los padres a resolver sus problemas fuera de los juzgados. Es una 3° persona neutral y capacitada que se concentra principalmente en las necesidades de los hijos, en el presente y no en el pasado analizando alternativas para resolver diferencias.
El mediador pretende reducir hostilidad entre padres y propiciar resultados positivos a favor de los hijos. Pretende que los padres lleguen a un acuerdo adecuado de cómo van a ejercer su paternidad con sus hijos después del divorcio.
LIC. LEONOR LOZANO GLEZ.
Psicóloga Clínica Infantil
Dirección General.